Mañana viernes 7 de febrero de 2020 el escritor jienense pero
residente en Benalmadena: Damián Cordones presenta la novela El
codo de la Torcaz editado en enero de 2020 por Ediciones el
Transbordador. Acontecimiento que inevitablemente asistiré, cronicaré y
publicará el amigo Ricardo Manzanaro en el blog Noticas ciencia-ficción.
Don Damián Cordones es un integrante habitual de los Sospechosos Habituales que se citan irregularmente,
en semi clandestinidad, algunos viernes en el local Baires de la capital de la
Costa de Sol para poner a caer de un burro al gobierno, el clero y el fandom.
No negaré que las bebidas espirituosas riegan amablemente nuestros gaznates,
las golosinas manchan nuestros dientes y la literatura ensucia nuestra conversación.
Sé que se avecinan varias novedades, pero nada hay más sagrado que las
confesiones realizadas frente a un cubata y unos frutos secos. Mis dedos quedan
quietos frente al teclado, hasta que sea el momento de dar a luz las buenas
nuevas.
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Sospechosos Habituales finales 2019 |
Escribí esta crónica en diciembre de 2017, por unos motivos u
otros no acabó publicándose en los sitios habituales que me padecen. Aunque
finalmente circuló en Ficción
Científica y Goodreads,
ahora la subo a este mi pobrecito blog desatendido. Todo sirva de promoción de
la última novedad del gran Damián Cordones. Ya empieza a ser costumbre que
tenga que redimirme ante los amigos publicando años después cositas que hice y
nunca salieron del todo a la luz virtual… me hago mayor y mis hemorragias son
contumaces cual torcaz.
Reseña La hemorragia
de Constanza de Damián Cordones editado en octubre de 2017 por Piedra Papel
Libros en la colección cuentos secuaces, nº 4.
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Cerveza bien acompañada por los editores de El Transbordador flanqueando a Damián |
La hemorragia de
Constanza es una
antología de cuatro cuentos, el primero comparte el título del libro, le siguen
Koda el rutilante, Expectativa y prosperidad y cierra El reloj del cuco. Los cuatro cuentos
comparten la atmósfera inquietante que Damián transmite a sus escritos. Son independientes
y no relacionados entre sí, todo lo contario a los cuentos que conforman la
antología La era del espíritu baldío
(2017) ediciones El Transbordador que se encuadran en la ciencia ficción. Más
difícil de adscribir es su novela corta autoeditada en 2016, Submania. Pero eso sí, todos sus textos
siguen persiguiendo al lector una vez acabada su lectura.
Los dos primeros cuentos parecen ambientados en el sur de
Italia, incluso aventuraría que en Sicilia. En cualquier caso, los cuatro se
encuentran más cómodos en el pausado siglo XIX que en tiempos más modernos. Los
encuentro difícilmente encuadrables, pero como de un tiempo a esta parte a todo
se le pone etiquetas, me arriesgaré a clasificarlos como Weird… con lo que ello
quiera significar.
El señor Pascual Terracota es el timorato protagonista de La hemorragia de Constanza. Como es
habitual en la prosa de Damián, muy poco, exactamente lo justo del pasado de
sus personajes se nos brinda a los lectores, siempre en pequeñas dosis y según
avanza la narración. Como un héroe victoriano en una narración gótica, nuestro
Terracota busca a la enferma Constanza, cuyo tratamiento exige una constante
sangría, con el propósito de entablar una relación sentimental con ella. Pero
Constanza no está sola, la acompaña una viuda afligida, que acusa a nuestro
Pascual de oportunista y el médico que cura a Constanza de su moderno burst in
damage, Wenceslao, es todo un “mad doctor” y guardián de la muchacha… por
mezquino interés. Y hasta aquí puedo leer sin desvelar… nada, o casi nada queda
por desvelar, pues Damián no cuenta nada más de los estrictamente necesario
para dar atmosfera al pasaje de la vida de los personajes que lo viven.
El segundo cuento está protagonizado por Giovanni Pistone (Koda el rutilante) un mago, un performance,
un artista circense, un trotamundos que escasamente para en los pueblos el
tiempo necesario para realizar su función y volver a marcharse. Koda juega al
ajedrez con su gallina Irina, una veces gana, otras pierde y a veces llegan a
las tablas. Pero en esta última parada llama la atención de los próceres de la
ciudad que le invitan a asistir a un banquete con lo más granado de la
sociedad. Koda asiste para sufrir el constante asedió de los comensales para
que revele su truco circense, el cómo de la habilidad ajedrecista de la gallina
Irina. Mientras se desvelan las inquinas de los próceres, Koda sobrevive
profiriendo un discurso brillante y profundo sobre el arte. Pero como todos los
discursos brillantes y profundos es un discurso falaz. Discurso que precede y
pone en antecedentes al lector de lo que acontecerá, cuando Giovanni descubre
que la pequeña Greta, es una antigua amante que le pide volver con él.
El tercer cuento es un cuento de navidad a lo Charles
Dickens, o pesadilla quizás. Hablo de Expectativa
y Prosperidad un breve cuento gótico donde nadie tiene nombre, ni falta que
le hace pues en él se juzgan moralmente los roles desempeñados. Una joven
pareja de recién casados acuden en plena tormenta al caserón victoriano a pedir
un crédito al prestamista del contorno. La condición moral de los personajes se
trasluce en su apariencia física, no podía por menos que aparecer Jabba el Hutt
como el prestamista sin nombre. De nuevo la angustia, la incertidumbre de lo
que pasa y la sensación de fragilidad de la realidad dispuesta a quebrarse para
dar pasar a uno de los primigenios tan queridos por Lovecraft. Y el final, tan
reconstituyente de la realidad, de una realidad como Dios manda. Todo ha sido
una pesadilla, aquí todo lo narrado es coherente con el mundo dado por
descontado. Si hay juicio es en la cabeza del lector. ¡Por favor! si hasta el
prestamista advierte a la pareja de prestatarios con algo que todos
suscribiríamos:
“… —A veces, nuestro esfuerzo, nuestro trabajo, incluso
nuestra sabiduría, resultan inútiles y no son suficientes para garantizar el
éxito o procurar nuestros objetivos …”
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Bebidas espirituosas posando con sus soportes humanos el 11 de diciembre de 2017 |
Y cierra el volumen El
reloj del cuco, la narración de una fiesta de seis personajes que por
momentos nos recuerdan las novelas policiacas al estilo Los diez negritos de Agatha Christie. Desde un primer momento la
débil realidad parece pivotar en si son vivos, muertos o cualquier estado
intermedio los integrantes de la fiesta. La realidad se asienta sobre el debate
del suicidio y si un cartel en la puerta de un hostal: “Prohibido suicidarse”
alienta, ahuyenta o es indiferente en un suicida en ciernes. Damián utiliza el
lenguaje con la precisión de un cirujano. Sus diálogos son limpios, concisos,
transparentes a los sentimientos que sus contertulios tienen. El debate nos ha
permitido conocer a los personajes, intuimos sus motivaciones, pero nada es
estable y mucho menos perdurable en las narraciones de Damián. Cuando el lector
siente encontrarse estabilizado, la conversación de los festejantes muta al
concepto de predecible. E impredeciblemente el anfitrión, Bernabé, apuesta como
símil de lo predecible; la aparición del cuco del reloj y pierde, pues éste no
acude a su cita horaria. Y nuestra realidad de lector vuelve a dispersarse en
laberintos: enfrentarse a una encrucijada moral como invitado, una búsqueda
infructuosa y una exitosa desaparición. Y a mayor escarnio del lector, este
cuento no se finiquita donde era previsible, si es que hay algo previsible en
los textos de Damián. Y al llegar al final no todos los cabos de la realidad
han sido restablecidos, o quizás nunca estuvieron atados y bien atados.
Personalmente el estilo de Damián me rememora los más
angustiosos textos de Kafka: esa realidad a punto de romperse en mil añicos y
caer en la más aberrante locura. Locura diseñada por el propio lector, por ello
la más angustiosa de todas.
by PacoMan
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