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sábado, 21 de marzo de 2020

Salvando al Enfermo Ramón


La entrada Salvando al enfermo Ramón evidentemente es un homenaje a la película de Steven Spielberg de 1998 Salvando al soldado Ryan (Saving Private Ryan). Con la maestría que solía, Steven nos cuenta una pequeña historia durante el desembarco de tropas aliadas, básicamente norteamericanas en Normandía durante la segunda guerra mundial. La familia Ryan ha perdido a todos sus hijos en esta guerra excepto al pequeño James, la unidad del Capitán John H. Milter (Tom Hanks) es enviada a llevarlo sano y salvo a retaguardia. Durante la misión casi toda la unidad de rescate muere. ¿Merecía la pena el sacrificio de tantas vidas por una sola? La estrategia que la mayoría de los países, asesorados por la OMS, está siguiendo se parece mucho a la premisa de esta película. En la entrada lo expongo más detenidamente, les emplaza a su lectura.

Salvando al Soldado Ryan, 1998, Steven Spielberg


Esta entrada está pensada para aparecer en el Blog Grupo Li Po lugar donde publico la mayoría de lo que escribo. Pero las estrecheces y dificultades que atraviesa Venezuela, de la que sólo nos acordamos cuando la ultraderecha española entra en campaña electoral, impide a Dimitri Li Po poder publicar las entradas al ritmo que él querría. Más tarde o temprano está entrada aparecerá allí, que es donde le corresponde. Pero hoy la publico en mi maltratado blog, básicamente porque la realidad del confinamiento está cambiando día a día y dejará obsoleta la reflexión que propongo.


Ayer me crucé con una heroína. En estos días de confinamiento estoy cuidando a mi padre convaleciente de la extirpación de la vesícula biliar tras una asepsia generalizada. Recibió el alta hospitalaria este pasado domingo (15 de marzo). Aún le restaban varias grapas quirúrgicas en su abdomen. Una ATS vino a casa para retirárselas. Vestía como una enfermera al uso, salvo por el recogido del pelo al estilo del personal que trabaja en una cocina industrial, sus guantes de plástico fino y una mascarilla. Sólo sus vivarachos ojos quedaban descubiertos. La deje pasar manteniendo la distancia aproximada del metro recomendado por las autoridades sanitarias. Curó a mi padre, rápida y efectivamente. Hablamos poco, lo justo. No pude resistirme, le pregunté por si tenían suficientes suministros. Dejo la cura, se incorporó y me miró. Señalándose la mascarilla me dijo que no, que esa mascarilla era un regalo de un paciente y que cada día al acabar su jornada la limpiaba con alcohol para poder usarla al día siguiente. Comenté que ellas estaban luchando en una guerra, que eran nuestra primera línea de defensa. Sólo añadió: “¿Te imaginas qué nos estuvieran invadiendo y que nuestro ejército se defendiese con palos de escoba? Pues así estamos.” Acabó, recogió, le deseó la mejor de las suertes a mi padre y yo a ella. Y salió de casa, como lo hacen los héroes, sin mirar atrás, con la tranquilidad que da hacer lo imposible cada día y diciendo adiós.

¿Te imaginas a nuestro ejercito defendiéndose con palos de escoba?



Salvando al enfermo Ramón.


España tuvo un PIB en dólares corrientes de 2019 (tomado de Wikipedia y esta del FMI) de 1.429.140 millones de dólares, lo que viene siendo 1,4 billones de dólares. Nótese que son billones europeos, los billones anglosajones son nuestros millardos. Mil de nuestros millardos son uno de nuestros billones. Estos días de mediados de marzo de 2020  el tipo de cambio oscila en torno a 1€ por 1,07$. Por lo que si divido estas magnitudes entre 1,07 las pasaría a euros, pero no lo haré pues esta magnitud está medida a precios corrientes de 2019 y ya han pasado unos meses, y por tanto hay algo de inflación y no quiero desvirtuar los datos ni posibles comparaciones con otros países como China, Italia, Irán y sobre todo Reino Unido.

Evidentemente cada día en España se produce 3.915 millones de dólares; divido el PIB anual entre 365 días (si, no tengo en cuenta que este año es olímpico y por tanto tiene 366 días). Voy a especular que este Estado de Alarma que vivimos va a tener un efecto de reducción entre un 1% y un 30% del PIB diario. Y voy a suponer que vamos a tardar 30 días en volver a la normalidad. Así el PIB perdido oscilará entre los 1.174,6 millones de dólares y los 35.239 millones de dólares.



A día de hoy China lleva acumulados 3.249 fallecidos. China tiene 1.355 millones de personas. España sólo 47,1 millones de personas según Wikipedia.

Nuestra estrategia médica impulsada con nuestro Estado de Alarma no es reducir el número de infectados, sino su velocidad de contagio. El objetivo es modular la curva de infectados, evitando que el pico supere el número de camas de cuidados intensivos de nuestro sistema sanitario, en ningún caso reducir el total de infectados. Es una muy buena intención, como todas las que empiedran el camino del infierno: que las menos de 4.000 camas UCI sean suficientes para los enfermos graves que las necesiten. Las vidas que se van a salvar con esta estrategia son aquellas que eviten sufrir la decisión del hospital de guerra. ¿Qué es la decisión del hospital de guerra? Muy fácil, cuando en plena batalla los primeros heridos empiezan a llegar al hospital de campaña, un sanitario decide qué heridos, los que tienen mayor probabilidad de salvarse, pasan a los quirófanos de campaña y que heridos morirán desangrados por falta de intervención quirúrgica de unos quirófanos absolutamente saturados. Ayer 20 de marzo ya se hizo público en El País: Las UCI darán prioridad a los enfermos que tengan más esperanza de vida si se colapsan.

Aplanar la curva

Froilán Borbón sobrino del rey Felipe VI pasó a la fama por pegarse un tiro en el pie, algo común en su estirpe, eso y cobrar comisiones corruptas. Nosotros, con nuestro Estado de Alarma estamos cometiendo una suerte de froilanismo económico. Las vidas que salvemos gracias al confinamiento y al froilanismo serán aquellas que accedan a una cama UCI y que no habría sido posible de no decretarse el Estado de Alarma, es decir las que se han salvado de la decisión del hospital de guerra. Es complicado de cuantificar ese número de vidas salvadas, pero si el Reino Unido sigue con su estrategia arriesgada a corto plazo (limitar el número de muertos a menos de 20.000) pero efectiva a medio y largo plazo será muy sencillo realizar estimaciones comparables, al comparar infectados y mortandades entre ellos y el resto que hemos seguido estrategias de confinamiento.
Voy a asumir que el número de vidas salvadas gracias a nuestra estrategia de evitar la decisión del hospital de guerra se va a situar en 7.000 personas. Es un supuesto descabellado por excesivo, ya que sólo tenemos 4.000 camas de cuidados intensivos y cada infectado necesitará varios días de ingreso para mejorar, y he planteado un escenario de 30 días. Eso da una rotación brutal, pero mantendré este hiper optimista  supuesto. 7000 vidas es bastante más del doble de los que han muerto en China hasta hoy, siendo casi 30 veces más que nosotros.

¿Cuántos nos costará en PIB perdido cada una de estas vidas? En el supuesto más optimista, sólo una pérdida del 1% del PIB diario durante 30 días saldría a 167.805$, es decir 156.827€. En el peor de los casos: con un 30% del PIB diario durante 30 días saldría a 5.034.153$, es decir 4.704.816€.
Elaboración propia

Se podría argumentar que una vida no tiene precio, y es cierto, para sus familiares, pero no para un estadista. Ser estadista es decidir sobre la muerte, tradear con ella, cada día en cada decisión. A principios de 2015 cuando se hizo público el debate de la cura de la Hepatitis C, hablo del Sovaldi y su principio activo Sfosbuvir (C22H29N3FO9P), medicamento fabricado por la multinacional estadounidense Gilead. En España, y gracias al oscurantismo del ministerio de sanidad del gobierno del PP, el mismo que redujo durante 10 años seguidos la sanidad pública y por tanto las camas UCI con las que luchar esta guerra, para mayor gloria de sus paniaguados de la sanidad privada. Su obscurantismo no nos permitió saber cuál era el coste del tratamiento.  La horquilla del coste parece que se situó entre 60.000 y 20.800€. En cualquier caso, el presupuesto del ministerio no alcanzó para pagar el tratamiento a todos los enfermos de España. Lo que en la práctica supuso la condena a muerte de una gran mayoría de ellos ¿de todos? No, de los cántabros no, porque el gobierno cántabro asumió el coste del tratamiento de sus enfermos. 


En 2015 era inaceptable asumir 60.000 euros de coste por salvar una vida pero ahora en 2020 vamos a asumir entre 156.827€ y 4.704.816€ por salvar una vida. Alguien debería explicárselo a los familiares de los fallecidos por hepatitis C.


by PacoMan