Soy socio del Círculo Holmes y mi nombre
canónico es: Billy, el Botones de Baker Street, 221b (al final de esta
entrada aparece mi caricatura).
En el número 57 del año XVI,
correspondiente al tercer trimestre de 2015 del boletín Jezail BulletIN en
las páginas 19 a 23 apareció esta reseña.
El socio con nombre canónico John H.
McFarlane, from Graham & McFarlane presenta esta reseña en el Editorial del
boletíncon estas palabras:
El boletín donde apareció la reseña |
"...
el artículo referente al libro "Sherlock Holmes y el caso del mandil francmasón"
de Juan Antonio Espeso González, en el que su autor, nuestro socio Paco Mancera
ejecuta unos significativos comentarios que sin desmerecer el excelente volumen
original, arrojan nueva luz a su contenido en nuestro continuo empeño por el
rigor en todo lo que tenga que ver con la obra de sir Arthur Conan Doyle.
..."
La afición por Sherlock Holmes sigue
vigente y rebrota con cada nueva película o serie de televisión que se crea
sobre él.
En España a parte del Círculo Holmes
existe un grupo activo: La tertulia Holmesiana de Madrid voluntariamente más
irregular y menos formalizada que el Círculo Holmes, agrupa a un nutrido grupo
de aficionados muy activos en la edición y creación de pastiches del maestro de
los detectives.
Debo admitir que esta reseña me genera
cierto grado de frustración. No en vano se inició con el supuesto
entretenimiento que me iba suponer descifrar el texto en clave, que aparece en
la portada bajo el nombre del autor. Debo admitir que no lo he conseguido. La
búsqueda de claves ocultas en la propia novela me llevó a replantearme toda la
información suministrada y de ahí surgió la reseña. Pero no di con la clave del
descifrado. Al final de la reseña, le dedico unas palabras al mensaje cifrado y
a mi fracaso[1].
Como botón de muestra del desaliento,
sirva la dedicatoria de Espeso, que actúan como sal en mi herida abierta:
"... A los Holmesianos
A los investigadores y detectives de sí
mismos.
A quienes buscan las respuestas
sin esperar a que se las den otro.
..."
Obtengo consuelo en saber aceptado para publicación
otro artículo de mí autoría. Afortunadamente en esta ocasión si han
obtenido éxito mis pesquisas a la hora de descifrar los enigmas evidentes y los
ocultos en la magistral novela corta de Enrique Jardiel Poncela: Los 38 asesinatos y medio
del castillo de Hull.
Ahora si les dejo con la masonería y
Sherlock Holmes.
Un comentario a
Sherlock Holmes y el caso del mandil francmasón (2015) de Juan Antonio
Espeso González
En Junio de 2015 y de
la mano de editorial
masónica ha visto la luz este magnífico
ensayo-ficción firmado por el Maestro Masón Juan Antonio Espeso González.
El autor utiliza el
socorrido recurso de la aparición de un manuscrito inédito de Sherlock Holmes
titulado El caso del mandil francmasón,
donde se narra el caso de un asesinato de un masón durante una reunión de una
logia masónica, es decir un caso del subgénero de asesinato en habitación
cerrada. Pero de este relato del maestro sólo vamos a conocer algunos detalles.
La ficción se centra en las peripecias de la investigación que inicia el
protagonista, un periodista free-lance, que ha recibido el encargo de cubrir la
noticia de la aparición, venta y futura publicación de este cuento inédito. Lo
que empieza siendo una inocua investigación en la Escocia natal del agente
literario más famoso: Arthur Conan Doyle se va complicando con la aparición de
una logia “salvaje”: la 341 Vermissa (que aparece en El Valle del Terror (1914-15)), el alfabeto masónico, una bella y
enigmática pelirroja…
El vehículo de ficción
es un hábil recurso para poder exponer, de forma amena, la tesis del ensayo que
propone su autor. Parte de la contrastada pertenencia de Arthur Conan Doyle a
la masonería[2]:
el 26 de Enero de 1887 es iniciado en la logia Phoenix nº 257 de Portsmouth y
en una progresión excepcionalmente meteórica alcanza el grado de compañero
masón el 3 de febrero de 1887 y maestro masón el 23 de marzo de 1887: ¡en menos
de dos meses! Pero dos años después; 1989 abandona temporalmente la masonería
(pasar a sueños) retorna en 1902 para abandonar definitivamente en 1911.
A pesar de ser masón
Doyle dispensa un trato negativo a la masonería en las cuatro obras que aparece
directamente: La aventura del constructor
de Norwood (1903), La liga de los
pelirrojos (1891), La aventura del
fabricante de colores retirado (1926) y Estudio
en escarlata (1887). La masonería es claramente inspiradora de la sociedad
secreta: Logia 341, Vermissa que aparece en El
Valle del Terror (1914-15) como ya he comentado.
Juan Antonio Espeso es rotundo y llega a afirmar en
las páginas 146 y 147:
“…No solo hizo un uso
estereotipado de las sociedades secretas, es que literalmente contribuyó
fuertemente a crear el propio estereotipo literario que luego sería usado hasta
la saciedad. Basándose de manera poco disimulada en su misma orden creó la figura
de red y organización que servía de nido a todos los males y entidades
criminales y era ambientación idónea para la novela y luego el cine. Conan
Doyle, un maestro masón, recordemos, fomentó en sus lectores la desconfianza y
la sospecha hacia las órdenes secretas como nadie lo había hecho…”
A la luz de este uso de
sus conocimientos masones, Espeso busca entender: ¿Por qué Doyle se hizo masón?
La respuesta nos la brinda en el climax de la obra de ficción que ha
entrelazado al ensayo. En la página 151, se entabla conversación entre nuestro
protagonista y la atractiva pelirroja que toma la palabra:
“…
─Recordemos que hablamos del mismo Conan Doyle que publica su primera novela en
noviembre de 1887. Un relato en el que ya empieza a usar sus artimañas. Una
historia en que uno de los asesinos es descrito como el colmo de la maldad
(incluso en su aspecto físico…) y que es masón.
─Sí.
Lo recuerdo. En “Estudio en Escarlata”. La primera aparición de Sherlock Holmes
y Watson. Su primer caso. Cuando el detective Gregson describe a Enoch Drebber
con “un anillo de oro con una divisa masónica”.
─
¿Y?
─ ¡Dios mío! Claro ─grité─.
¡Conan Doyle se inició en Masonería un 26 de febrero de 1887!... mientras
escribía su novela protagonizada por Sherlock Holmes ¡Esa es la prueba! ¡Se
estaba documentando! …”
Es decir, página 144:
“… Conan Doyle había
utilizado la masonería en su interés personal para lograr documentarse y
ambientar sus novelas. …”
Es una tesis brillante
y contundente.
Lo que sigue a
continuación no desmerece, ni desvirtúa su validez. Como sumo resta esplendor
al climax. Espeso comete un descuido en la revisión final de la obra al no
detectar el gazapo en el mes de la entrada de Doyle en la masonería; indica febrero
en lugar de enero[3].
Con certeza Espeso
conoce lo que a continuación voy a relatar, pero sacrifica la exactitud en aras
del dramatismo.
Si bien es cierto que está generalmente
aceptado que Estudio en Escarlata se
publicó en 1887, Doyle no lo estaba escribiendo ni en el primer trimestre de
1887, ni en cualquier momento de ese año.
Sabido es que las celebraciones
de navidad se datan con la fecha del año nuevo, no del año viejo, el que
concluye. Así el Beeton’s Christmas
Annual para 1887, debió imprimirse a finales de 1886 para estar disponible
en la navidad de 1887, es decir en Diciembre de 1886. Como así atestigua el
anónimo redactor del artículo Palabras
previas y un tanto irregulares en el volumen colectivo: A su salud Mr Holmes: Anuario de la
Tertulia Sherlockiana (o Holmesiana) de Madrid 2014:
“… la ilustración de la cubierta es un homenaje
al Beeton’s Christmas Annual para
1887 (que apareció a finales de 1886) …”
Jesús Urceloy en su Introducción: II Vidas ejemplares del
magnífico Todo Sherlock Holmes
(2003) editado por Cátedra en la página 23:
“…
Así, cuando la penuria le acosaba con sus dientes de acero, se decidió un día
de marzo de 1886 a escribir algo con más calibre y a enviar ese “algo” a un
editor serio.
En octubre del mismo
año recibió una oferta. La casa Ward & Lock de Londres, editora de varias
revistas, le ofreció 25 libras por una novelita titulada Estudio en Escarlata, una historia de detectives. …”
O también es posible
que estos supuestos errores sean la clave del misterio no resuelto que nos
plantea el autor en la portada del libro, justo debajo de su nombre: una
inscripción en alfabeto masónico, que por mucho que me he empeñado no he sido
capaz de descifrar.
Paco Mancera (Billy, el Botones de Baker Street, 221b)
Mi avatar: Billy, el botones |
Espeso nos facilita la clave interpretativa del cifrado masónico en la propia novela y que reproduzco a continuación:
El texto cifrado en código masónico que
aparece en la portada es este:
El mensaje de la portada en alfabeto masónico |
Obviamente son dos palabras de 7 y 5
letras que literalmente tras aplicar el código masónico se traducen como:
GACSWRH GASHP
Que no tienen significado
alguno ni en la lengua de Cervantes, ni la de Conan Doyle, ni en ninguna que
este humilde servidor atisbe.
He
intentado aplicarle la luz interpretativa de El valle del terror (The
Valley of Fear, 1914-15) busque en vano un Almanaque Whitaker e incluso una
Bradshaw, seguí la pista a “los hijos de
la viuda”, los famosos Molly Maguires, que Doyle disfrazó como Scowrers, (Juan Manuel Ibas traduce como
Batidores y que Espeso traduce como Chirriones). Apliqué las claves de La aventura de los bailarines (The Adventure of the Dancing Men, 1903)
cuya forma de descifrar el código de los mensajes es deudora del Escarabajo de Oro (The Gold Bug, 1843) de Edgar Allan Poe. También he seguido la pista
al cadáver del pastiche holmesiano incardinado en la novela: Hiram Abif y nada. Lo he
intentado rotando los caracteres, aplicando las abreviaciones masónicas, por ejemplo la inscripción en el frontispicio del
templo masón que
aparece en la página 27 de la novela:
A
L.∙. G.∙.D.∙. G.∙.A.∙.D.∙.U.∙.
Se traduce
como: A
la Gloria del Gran Arquitecto del Universo.
Y aquí es donde abandoné. Publiqué esta
entrada el 10 de Julio de 2016 y en menos de una hora Enrique Blanco Rodríguez,
miembro del grupo de Facebook, Círculo Holmes dio con
la solución:
MAESTRO MASON
RESOLUCIÓN
El alfabeto masónico es un cifrado de
sustitución monoalfabética también conocido como código del corral de los cerdos y se le atribuye a Heinrich
Cornelius Agrippa von Nettesheim en 1553. La idea es muy sencilla
supongamos que hay cuatro corrales como los de la figura y los cerdos las
letras del alfabeto.
Ahora las letras del abecedario, como si
fueran animales de corral, se acomodan de forma ordenada, cada una en una casilla
de los corrales, construyendo la tabla maestra del cifrado. Pero obviamente no
existe un orden único o privilegiado: el orden de la disposición de los cuatro
corrales no tiene por qué ser lineal o las letras podrían colocarse en orden
inverso. Tomando el cifrado que Espeso facilita en su novela, se evidencia que
primero se rellenan, de uno en uno, los dos corrales de nueve casillas y
posteriormente los dos corrales de cuarto.
Dos ejemplos de cifrados distintos son A y B de la siguiente tabla:
El A se construye
llenando primero la casilla superior izquierda del corral de nueve sin punto,
luego la casilla superior izquierda del corral de nueve con punto, luego la
segunda casilla del primer corral, luego la segunda casilla del segundo corral
y así hasta rellenar ambos. Luego se procede con este mismo método alterno a
rellenar los dos corrales de cuatro casillas. El B se
construye llenando un corral cada vez, al igual que el suministrado en la
novela, salvo que una vez rellenado el primer corral de nueve (el corral sin
punto) se rellena el corral de cuatro sin punto, en lugar de rellenar el corral
de nueve con punto como hacía el cifrado de la novela. Obviamente hay infinidad
de variantes, simplemente es cuestión de especificar un orden.
La solución al mensaje de la portada bajo
el nombre del autor se obtiene aplicando el cifrado A, apareciendo el grado masónico del autor: MAESTRO MASON.
En mi fallida resolución pequé de bisoño,
al aceptar como único el código masónico suministrado y usado en la novela. La usual
característica de “fair play” que suelen mostrar los casos de Sherlock Holmes no
ampara mi asunción.
También es cierto que no he encontrado indicio alguno que permita señalar el orden correcto de llenado del corral de cerdos de entre los infinitos posibles[4].
Ya aprendí que aunque no sea capaz de
encontrar una explicación no significa que no exista. Sin embargo en esta
ocasión no la hay. Me lo ha confirmado el propio autor de la novela, Juan
Antonio Espeso González, a través de un correo privado de Facebook:
“…Hola
Paco. Gracias. La he leído hoy. Agradezco los buenos comentarios que hiciste y
lamento tu ·frustración" ;-) y el tiempo que perdiste tratando de
desentrañar la clave de la portada, está escrita usando una clave masónica
digamos "de nivel 2" y no la que va en el texto. Traducido significa
"Maestro masón".
Un
abrazo …”
Ni que decir tiene que fue un puro placer
todo el tiempo que dedique.
[1] Tras
subir la entrada al foro de Facebook Circulo de Holmes,
Enrique Blanco Rodríguez subió la solución al enigma. Al final de la entrada
comento la solución y su resolución.
[2] A parte
de la extensa bibliografía que el autor adjunta en la obra que nos ocupa, el
propio Leslie S. Klinger en la monumental: Sherlock
Holmes Anotado (2006), editada en español por Akal en 2009 en la página 59,
al final de la nota 109 de Estudio en
Escarlata da fe de ello:
“… Cecil A.
Ryder Jr., en “A Study in Masonry”, concluye que Watson y Holmes también eran
miembros. Arthur Conan Doyle se unió a la logia Phoenix de los masones en 1887,
y Ryder sugiere que fue ahí donde el Dr. Doyle conoció al Dr. Watson, sentando
las bases para la publicación de Estudio
en escarlata. ...”
Espeso no comparte la
opinión de Ryder:
“… Por mucho
que se empeñe algún masón holmesiano no había en todo el Canon una sola línea
que permita afirmar que ni el detective ni su compañero hubieran sido
francmasones. …”
[3] En el
colmo de los despropósitos cuando se editó esta reseña en el Jezail BulletIN en el tercer trimestre de 2015 cometí
un error idéntico al que enmendaba al autor. Indicaba que el gazapo era el día:
26 cuando tenía que ser 23. El día 26 es correcto, lo incorrecto es el mes,
como ahora si aparece correctamente en el cuerpo de la reseña.
[4]
También es cierto que el mensaje
cifrado en alfabeto masónico que aparece en la página 126 de la novela y que con
el cifrado que Espeso da, dice: LAS FECHAS ESTAN PROXIMAS. 341 VERMISSA
Y que bajo el cifrado masónico A da el siguiente galimatías: FAS KIEOAS ISUAJ NRLVQHAS. 341 YIRHQSSA
Me pase por la entrada dos veces antes de quedar atrapado por lo interesante de la misma. Sabia que había visto ese estilo de cifrado pero no había visto que existieran diversas formas de colocar las letras. Esta publicación ha resultado, mas que todo, muy instructiva.
ResponderEliminarMe alegro Gabriel. Si te gusta la deducción, cosa que deduzco (perdón por la cacofonía) de tu blogg... dedícale un rato a la entrada del Puzzle de la Cebra (o acertijo de Einstein) es un claro ejemplo de "back induction" que se emplea en una rama de la teoría de juegos y en los finales del ajedrez. Una herramienta para aleccionar en la deducción hacia atrás.
Eliminarhttp://bypacoman.blogspot.com.es/2013/08/desestructurando-el-puzzle-de-einstein.html